Publicado, 11/8/2024
Nuevas revelaciones en el caso del software de espionaje Pegasus. Informaciones recientes señalan que el gobierno estadounidense, bajo la administración de Joe Biden, habría financiado esta compra como parte de sus esfuerzos antinarcóticos, en una operación que hoy se cuestiona por la falta de transparencia y el potencial uso indebido de una tecnología que se ha relacionado con violaciones a la privacidad a nivel mundial. El escándalo ha cobrado fuerza a raíz de una serie de revelaciones de dos altos funcionarios de la Casa Blanca en Washington y otro en Bogotá, quienes, autorizados para hablar sobre el tema, confirmaron al diario colombiano El Tiempo que el financiamiento para la compra de Pegasus provino de fondos de cooperación estadounidense. La polémica toma especial relevancia ya que el entonces presidente colombiano Iván Duque no habría sido informado sobre esta adquisición, que fue gestionada exclusivamente a nivel operativo, según los funcionarios. Según la información revelada, la compra de Pegasus se efectuó en dos pagos, cada uno de 5.5 millones de dólares, efectuados el 27 de junio y el 22 de septiembre de 2021. Estos pagos coincidieron con el arribo de dos vuelos procedentes de Tel Aviv que aterrizaron en la base antinarcóticos de la Policía en Bogotá. En total, la transacción alcanzó los 11 millones de dólares, los cuales fueron enviados a Israel en efectivo, y corresponden a una operación cuyo verdadero propósito y controles ahora se cuestionan. Esta compra fue parte de un acuerdo de cooperación entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, orientado formalmente a reforzar la lucha contra el narcotráfico. No obstante, la implementación de Pegasus, desarrollada por la empresa israelí NSO Group, ha sido motivo de debate a nivel global, especialmente desde que medios y organizaciones de derechos humanos denunciaron su utilización para espiar a periodistas, defensores de derechos humanos y opositores políticos. Este cambio en la percepción pública sobre Pegasus ocurrió a partir del otoño de 2021, cuando investigaciones revelaron que incluso funcionarios estadounidenses habían sido objetivos de este software. Duque al margen y la llegada de Petro De acuerdo con los voceros estadounidenses, el uso del software fue suspendido en 2022, justo antes de que Gustavo Petro asumiera la presidencia en Colombia. Durante la administración de Duque, la adquisición de Pegasus fue manejada a nivel operativo y, según las fuentes, sin el conocimiento directo del entonces mandatario. En su defensa, los funcionarios afirmaron que esta práctica es común en el marco de los compromisos de cooperación entre ambos países, que suelen incluir el suministro de recursos y herramientas para combatir el crimen transnacional. Este punto ha suscitado interrogantes en Colombia, y el presidente Petro ha solicitado que se aclare el rol de Estados Unidos en la compra y el uso de Pegasus. Como respuesta, el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, ha instruido al embajador en Washington, Daniel García-Peña, para gestionar una reunión con el director de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, Dan Erikson, con el fin de discutir este tema y establecer responsabilidades bilaterales. La reunión se llevará a cabo en un contexto de creciente tensión y desconfianza en torno al alcance de la intervención estadounidense en asuntos de seguridad nacional de Colombia. Supervisión y control Los funcionarios de la administración Biden insisten en que, desde el principio, la operación de Pegasus en Colombia estuvo sujeta a "estrictos protocolos de seguridad" y controles internos para asegurar que el software fuera usado exclusivamente en la lucha contra el narcotráfico. "Establecimos una estricta supervisión operativa para garantizar que el software se utilizara para perseguir objetivos legítimos relacionados con el narcotráfico", declaró uno de los voceros anónimos. A pesar de estas afirmaciones, el hecho de que Pegasus haya sido empleado sin el conocimiento de Duque y otros altos funcionarios colombianos genera sospechas de que la operación fue llevada de manera poco transparente. Una sombra sobre la cooperación bilateral La presunta financiación de Pegasus por parte de Estados Unidos ha puesto en entredicho los límites y la transparencia en las relaciones de cooperación entre Washington y Bogotá. Mientras que el gobierno estadounidense insiste en que Pegasus fue empleado únicamente para el combate al narcotráfico y bajo "protocolos estrictos", el hecho de que Duque no estuviera al tanto de la adquisición y el uso de este software plantea dudas sobre el verdadero alcance de la intervención de Estados Unidos en la seguridad interna de Colombia. La administración Petro, consciente de la sensibilidad de este caso y del impacto en los derechos civiles, ha reiterado su compromiso con la transparencia y la protección de la privacidad de los ciudadanos. La expectativa es que en las próximas semanas, las autoridades colombianas obtengan respuestas claras por parte de sus homólogos estadounidenses sobre los pormenores de esta operación y la posible afectación de los derechos fundamentales en el marco de la lucha contra el crimen. El caso de Pegasus ilustra cómo los programas de cooperación, diseñados para abordar amenazas mutuas, pueden convertirse en una herramienta de vigilancia controversial cuando se implementan con opacidad y sin la debida supervisión. Para muchos, la participación de Estados Unidos en la compra de este software abre una puerta a cuestionamientos profundos sobre el papel de las superpotencias en los asuntos de seguridad de sus aliados y sus implicaciones para la democracia y los derechos humanos.