Publicado, 11/14/2024
El representante a la Cámara por las negritudes, Miguel Polo Polo, enfrenta una ola de críticas y denuncias luego de un acto considerado ofensivo hacia las víctimas de los llamados "falsos positivos". El 06 de noviembre de 2024, Polo Polo publicó un video en redes sociales donde se le veía arrojar a la basura unas botas de caucho, dispuestas en la Plaza Rafael Núñez del Congreso por las madres de Soacha en homenaje a sus hijos asesinados y presentados falsamente como guerrilleros abatidos en combate. En el video, Polo Polo, expresó su rechazo al número de 6.402 falsos positivos, afirmando que esta cifra no es respaldada por entidades como la Justicia y Paz, la Fiscalía General o la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). “¿Quién le habrá pagado a esos presuntos campesinos que vinieron aquí al Congreso a ensuciar la Plaza Rafael Núñez para poner estas botas, haciendo apología a los 6.402 falsos positivos? Estas botas tienen que ir a donde pertenecen: al canasto de la basura”, manifestó el congresista en su video. Las reacciones no tardaron en llegar. La publicación causó indignación en redes sociales y en el ámbito político. Las madres de Soacha, quienes durante años han buscado justicia por sus familiares asesinados, repudiaron el acto de Polo Polo. Una de ellas declaró: “Para algunos ignorantes de Colombia que no saben qué es el significado de estas botas, queremos decirle que no son basura. Estos fueron nuestros hijos, nuestros seres queridos a los cuales mató el Estado”. Las madres exigieron que Polo Polo se retractara públicamente y pidieron sanciones contra él. El senador Iván Cepeda, del Pacto Histórico, tomó la iniciativa de denunciar penalmente al congresista por los presuntos delitos de hostigamiento y discriminación agravada. “Presentaré denuncia penal y queja disciplinaria contra Miguel Polo Polo por la afrenta que cometió contra las Madres de Soacha, en el homenaje que hacían en memoria de sus hijos”, indicó Cepeda. A esta condena se sumaron otras figuras del Congreso, como la senadora Sandra Ramírez, de Comunes, quien calificó el acto como “indignante, penoso y violento” y señaló que la ideología de Polo Polo lo estaba llevando a “violar los derechos de las víctimas del Estado”. El enfrentamiento escaló el 13 de noviembre, cuando una de las madres de Soacha golpeó a Polo Polo en el recinto del Congreso mientras le reclamaba por su acto. En el video compartido por el propio congresista, se observa el momento en el que la mujer lo agrede físicamente y luego intenta calmarse tras la intervención de otros congresistas, como David Racero, quien también increpó a Polo Polo por sus comentarios y acciones. Este incidente generó cuestionamientos sobre la gestión del presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, quien defendió su decisión de no proceder con la expulsión de la mujer ni usar la fuerza, argumentando que eso sería una revictimización para las madres de Soacha. Ante las críticas, Polo Polo se mostró desafiante y reiteró sus dudas sobre el número de víctimas de falsos positivos. En varias declaraciones, afirmó que las cifras oficiales no han sido verificadas y sugirió que quienes apoyaron el homenaje lo hicieron como una estrategia política en respaldo al presidente Gustavo Petro. “¿Dónde están los 6.402 nombres de los supuestos falsos positivos? Si tienen 500 nombres, denlos a conocer, si tienen 300, revélenlos, pero no digan que son 6.402 porque ese número está trillado”, aseveró. Por su parte, las madres de Soacha insistieron en la importancia de honrar la memoria de sus seres queridos y denunciaron que la actitud de Polo Polo representa una falta de respeto hacia las víctimas del conflicto armado en Colombia, que suman más de 10.000 en todo el país. En tanto, diversos sectores políticos exigen una sanción ejemplar y una disculpa pública por parte de Polo Polo, aunque el congresista ha dejado claro que no se arrepiente de sus actos y mantiene su postura escéptica frente a la cifra de víctimas. El caso de Polo Polo ha profundizado las divisiones en el Congreso y entre los colombianos, abriendo nuevamente el debate sobre la memoria, la justicia y la verdad en torno a uno de los episodios más oscuros del conflicto armado en Colombia.