Publicado, 7/25/2024
La lucha entre el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, y el Representante a la Cámara, Miguel Polo Polo, ha alcanzado nuevos escenarios de dramatismo y espectáculo. A principios de este año, Bolívar, con su característica vehemencia, presentó una querella por injuria y calumnia contra Polo Polo, acusándolo de difundir información falsa y dañina durante la campaña para la Alcaldía de Bogotá en 2023. El origen del conflicto El origen de esta batalla judicial se remonta a agosto de 2023, cuando Polo Polo publicó un trino en el cual expresaba que: “Gustavo Bolívar es el político más despreciable de Colombia por mucho, una persona que carga en su espalda dos suicidios de jóvenes que le prestaron servicios millonarios a su hotel y luego no les pagó...”. A este contundente mensaje, Polo Polo añadió que Bolívar había financiado al grupo terrorista llamado la Primera Línea, culpándolo de los desmanes ocurridos durante el paro nacional de 2021, incluyendo bloqueos, violencia y hasta la muerte de bebés en ambulancias. Bolívar, indignado no dudó en llevar el asunto a la Corte Suprema de Justicia, dando así el primer paso para dar comienzo la saga judicial que ha mantenido al país en expectante. El show mediático y la Corte Suprema de Justicia La disputa ha sido un espectáculo digna de los mejores libretos del mismo Gustavo Bolívar, con ambos contendientes utilizando las redes sociales como su principal arma de ataque. El 22 de julio de 2024, la Corte Suprema de Justicia ordenó la conducción de Polo Polo a la sala de instrucción después de que este no asistiera a una citación previa. Polo Polo, en su acostumbrada retórica desafiante, respondió en redes sociales: “Me acabo de enterar por mi abogado que la Corte acaba de emitir una orden de conducción hacia mi persona... Siempre honro y respeto a la justicia y siempre he caminado sobre la veracidad y la legalidad”. No obstante, su asistencia a la citación fue vista por muchos como un gesto forzado, un paso más en su estrategia de dilatar el proceso judicial. Posterior a esto, Bolívar, siempre el más dramático, declaró públicamente que no aceptaría una retractación extemporánea de Polo Polo y que llevaría todo este asunto a las últimas consecuencias con tal de limpiar su imagen. Las audiencias La audiencia de indagatoria de Miguel Polo Polo estaba prevista para el 21 de mayo, pero fue aplazada en varias ocasiones. Gustavo Bolívar, que parece estar disfrutando cada momento de este drama que no es más que otro desgaste y saturación al sistema judicial, acusó a Polo Polo de estar “dilatando el proceso”. El día de la indagatoria final, Bolívar tuiteó con evidente satisfacción que a la Corte le “tocó hacerlo conducir con policías”, aunque finalmente no fue necesario. Durante la audiencia, Polo Polo se presentó como el héroe incomprendido de una telenovela mexicana, expresando que su solicitud de aplazamiento se debía a la imposibilidad de que su abogado se presentara virtualmente a tiempo. Al final del día, el espectáculo continuó sin una resolución clara, manteniendo a la audiencia enganchada a la espera del próximo episodio. La imposible conciliación En medio de esta tormenta judicial, ambos políticos tuvieron una audiencia de conciliación, que, como era de esperarse, fracasó estrepitosamente. Bolívar, fiel a su promesa, no aceptó las condiciones de Polo Polo, manteniendo su postura de "todo o nada". Mientras tanto, Polo Polo, con su habitual desprecio por las consecuencias, reiteró públicamente que “no hay nada de qué retractarse”. El futuro de la batalla judicial A medida que julio de 2024 avanza, la batalla judicial entre Bolívar y Polo Polo sigue sin un desenlace claro. La Corte Suprema de Justicia, atrapada en el medio de este culebrón político, se enfrenta a la difícil tarea de resolver un conflicto cargado de acusaciones personales, retórica incendiaria y un despliegue mediático sin precedentes. Lo que comenzó como una simple querella por injuria y calumnia se ha transformado en un espectáculo nacional, con cada audiencia, cada trino y cada declaración pública alimentando el fuego de una rivalidad que parece no tener fin. La pregunta que muchos se hacen es: ¿hasta dónde están dispuestos a llegar estos dos personajes del drama político colombiano? Por ahora, Gustavo Bolívar sigue firme en su postura de ir “hasta las últimas consecuencias”, mientras Miguel Polo Polo se mantiene desafiante, asegurando que “siempre he caminado sobre la veracidad y la legalidad”. Los espectadores, por su parte, pueden sentarse y disfrutar del próximo capítulo de esta épica trifulca judicial, sabiendo que en la política colombiana, la realidad siempre supera la ficción.