Publicado, 10/1/2024
Donald Trump, actual candidato a la presidencia de los Estados Unidos, vuelve a estar en el foco mediático por sus polémicas declaraciones. En un discurso realizado el 29 de septiembre en Erie, Pensilvania, Trump sugirió que la delincuencia en el país podría combatirse de manera efectiva a través de una “jornada extremadamente violenta”, lo que ha generado comparaciones con la película La Purga. Esta propuesta, criticada ampliamente por diferentes sectores, plantea serias dudas sobre las soluciones que el exmandatario ofrece para los problemas sociales y de seguridad en un país ya ampliamente violento. Propuesta inspirada en la ficción La película La Purga, estrenada en 2013, narra una historia en la que, durante 12 horas, el gobierno permite que los ciudadanos cometan crímenes sin ninguna repercusión legal. Este concepto ha resonado en la cultura popular desde su lanzamiento, inspirando una franquicia de películas y series. La violencia sin control y la eliminación de las consecuencias se ha convertido en un símbolo de lo que podría suceder si la anarquía prevaleciera. Trump, en su discurso, aludió a una situación similar, sugiriendo que una “hora ruda” podría poner fin a los crímenes que, según él, están fuera de control debido a la permisividad de la "izquierda liberal". Durante el evento de campaña, el exmandatario expresó su frustración con lo que considera una restricción excesiva a la actuación policial. Según Trump, la policía no puede hacer su trabajo de manera efectiva porque teme represalias legales y la pérdida de beneficios laborales. "No les permiten hacerlo porque la izquierda liberal no los dejará", afirmó, dirigiendo su ataque a los demócratas y a su rival, la actual vicepresidenta Kamala Harris. Este tipo de discurso, centrado en una narrativa de "ley y orden", ha sido un sello distintivo de la campaña de Trump desde su primera candidatura en 2016. Sin embargo, la sugerencia de una jornada de violencia controlada va más allá de sus habituales propuestas de mano dura. Críticas a la permisividad del crimen En su intervención, Trump pintó un panorama sombrío del país, afirmando que Estados Unidos está bajo el asedio de criminales y migrantes ilegales que actúan impunemente en las principales ciudades. Citó ejemplos de robos a plena luz del día, mencionando específicamente saqueos en grandes almacenes y atracos a tiendas, donde, según él, los delincuentes cargan con electrodomésticos mientras la policía no puede intervenir. Para Trump, la solución pasa por permitir a las fuerzas del orden actuar sin restricciones y aplicar una respuesta violenta y contundente. "Si tuvieran un día realmente violento, terminaría de inmediato", comentó, sugiriendo que este tipo de represión enviaría un mensaje que disuadiría futuros crímenes. En definitiva, la propuesta de Trump de una "jornada extremadamente violenta" como solución para combatir la delincuencia plantea serios interrogantes sobre las políticas de seguridad que pretende implementar. Sugerir que la violencia es la respuesta a la delincuencia no solo es irresponsable, sino también peligroso. La historia ha demostrado que la violencia solo genera más violencia. Por ello, las soluciones a los complejos problemas de seguridad deben basarse en políticas integrales, no en medidas drásticas que parecen sacadas de una película de ciencia ficción, en lugar de un plan gubernamental real.