El Incidente de la Cachetada: Revelaciones del Exconcejal Agredido por Rodolfo Hernández

En el año 2022, Jhon Claro, exconcejal de Bucaramanga, rememora el incidente que lo catapultó a la fama de la mano de Rodolfo Hernández, entonces alcalde de la ciudad. El recuerdo de aquel momento aún resuena en su mente, desenterrando preguntas sobre el motivo detrás de la ira del ingeniero convertido en político. La escena se despliega vívidamente en su memoria: “Hernández, vestido con lujo mientras Claro contrastaba con un atuendo más modesto, se levanta de su asiento y comienza a lanzar gritos de furia al concejal. Los insultos se intensifican, así como el tono de voz del alcalde, cuyo rostro reflejaba la exasperación alimentada por la sangre hirviente en sus venas. En un instante definitorio, Claro anticipa el golpe. El momento previo a la cachetada se siente como un eterno suspenso, y cuando finalmente llega el impacto, es como si el tiempo se detuviera. La bofetada, aunque audible, podría haber sido mucho peor. La suerte, de alguna manera, estuvo de su lado, evitando que la confrontación física tomara un giro aún más peligroso.” El relato, proporcionado por el periodista Pacho Escobar, arroja luz sobre los eventos detrás de la escena que llevaron al infame incidente. El 28 de noviembre de 2018, Claro confrontó a Hernández, desencadenando una serie de eventos que culminaron en la bofetada que lo catapultó a la fama viral. Aunque el video del incidente ha sido visto por millones, pocos conocen la narrativa completa detrás de las cámaras, contada por uno de los protagonistas mismos. Mientras tanto, en el año 2019, la Procuraduría General sancionó al exalcalde Hernández con una suspensión e inhabilidad especial por ocho meses, como consecuencia de la agresión física y verbal contra Claro. La decisión del Ministerio Público se basó en la desatención del deber de Hernández como servidor público, establecido en la Ley 734 de 2002, de tratar con respeto a todas las personas con las que tuviera relación en razón al servicio. El exalcalde violó esta normativa al agredir físicamente al concejal, un acto que dejó secuelas tanto en la vida política de ambos como en la percepción pública del gobierno local. El costo de la sanción impuesta por la Procuraduría ascendió a $124'103.040, una cifra significativa que refleja las consecuencias legales y financieras del comportamiento del exalcalde. Este evento no solo dejó una marca indeleble en la vida de los involucrados, sino que también sirvió como un recordatorio contundente de la importancia del respeto y la integridad en la esfera pública. Aunque el tiempo ha pasado desde aquel tumultuoso encuentro, su impacto perdura, recordándonos la fragilidad de la política y la necesidad de mantener la cordura y la compostura en todo momento.