Publicado, 12/22/2023
Durante la etapa crucial de la segunda vuelta presidencial de Colombia en 2010, Juan Manuel Santos se encontraba en un enfrentamiento con Antanas Mockus, exalcalde de Bogotá, sobre el aumento de los impuestos en los años venideros. En aquel momento, Mockus respaldaba la impopular y poco atractiva idea de aumentar los impuestos, argumentando: "Si Colombia quiere construir futuro necesita invertir en ciencia y tecnología, no la migaja que hoy en día invierte”, en el debate televisado en mayo de 2010. Sin embargo, en plena campaña, Santos optó por una propuesta más popular: no aumentar los impuestos. Llegando incluso a declarar: “Le puedo firmar sobre piedra o sobre mármol, si es necesario, que no voy a incrementar las tarifas de los impuestos durante mi Gobierno”. Enfatizó aún más su posición afirmando: "Habría que ver cómo aumenta uno los recursos del Estado, pero no subiendo tarifas”. Adicionalmente a estas declaraciones del entonces candidato, economista en la Universidad de Kansas, y doctorado en Administración Pública en la Universidad de Harvard, se añadió su rechazo al impuesto del 4 por mil, calificándolo como “un impuesto absolutamente antitécnico”. Además, argumentó que Colombia no necesitaba una reforma tributaria: “El mercado dice que es perfectamente factible que Colombia siga creciendo sin aumentar los impuestos”, proponiendo “mejorar los sistemas de recaudo, sin tocar las tarifas”. No obstante, los titulares económicos y las políticas tributarias experimentaron cambios significativos apenas dos años después, y desde entonces se realizaron varias modificaciones. La primera reforma tributaria bajo el gobierno de Santos se implementó en diciembre de 2010, estableciendo la reducción progresiva del Gravamen a los Movimientos Financieros y eximiendo del IVA los servicios de internet para los estratos 1, 2 y 3. En la reforma de 2012, los ciudadanos con ingresos superiores a los 3,3 millones de pesos (aproximadamente 1,900 dólares en ese momento) debían pagar el Impuesto Mínimo Alternativo, Iman. Se alteraron las reglas para aquellos con mayores ingresos que se beneficiaban de deducciones, lo que implicaba empezar a pagar un "impuesto mínimo razonable", según la perspectiva de Santos. También se redujeron los impuestos sobre el empleo del 29,5% al 16% y se simplificaron las tasas del IVA de siete a tres: 0%, 5% y 16%. En diciembre de 2014, Santos aprobó otra reforma tributaria que, según sus argumentos, contribuiría a combatir la pobreza y afectaría a individuos y compañías con patrimonios superiores a mil millones de pesos. Explicando que estas reformas exigirían un esfuerzo por parte de las grandes empresas del país -alrededor de unas 32 mil- con un patrimonio superior a mil millones de pesos, así como de los ciudadanos más acaudalados, aproximadamente 50 mil personas con un patrimonio por encima de esa cifra. Sin embargo, afirmó enfáticamente que estas medidas no afectarían a la clase media del país ni a las pequeñas y medianas empresas, conocidas como las pymes. Destacó que esta reforma se gestó a partir de escuchar las inquietudes y sugerencias de los empresarios, lo que llevó a la eliminación del impuesto a la riqueza, que él prefería denominar "impuesto contra la pobreza", asegurando que este impuesto desaparecería en 2018. A partir del 1 de enero de 2017, los colombianos presenciaron un aumento significativo de impuestos sobre productos de uso diario como papel higiénico, ropa, electrodomésticos, jabones e incluso condones. El IVA pasó del 16% al 19% para estos productos, a pesar de las previas advertencias realizadas por Santos en 2010, alertando que el incremento de dicho impuesto "limita el poder adquisitivo y reduce la actividad comercial".