Publicado, 4/24/2024
La trayectoria política de Iván Cepeda, senador del Polo Democrático Alternativo, se caracteriza por un enfoque persistente y a menudo polémico en su cruzada contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez. A lo largo de los años, Cepeda ha estado en el centro de las acusaciones y litigios relacionados con el expresidente, y su nombre es sinónimo de una campaña incesante para vincular a Uribe con el paramilitarismo y otros delitos. El enfrentamiento entre Cepeda y Uribe se hizo notorio durante el proceso penal por presunta manipulación de testigos, en el cual el senador Cepeda fue una parte clave. A través de años de investigación, Cepeda recorrió cárceles en Colombia y Estados Unidos en busca de testigos que pudieran implicar a Uribe con el paramilitarismo. Este proceso, que culminó con la detención preventiva de Uribe en 2020, atrajo la atención nacional e internacional, dividiendo opiniones y provocando controversias. El abogado del expresidente, Jaime Granados, describió la actitud de Cepeda como "obsesión" hacia Uribe. No es una crítica infundada: el senador del Polo Democrático ha mantenido una actitud beligerante en cada etapa del proceso, defendiendo sus acciones y recalcando la importancia de buscar justicia. Sin embargo, sus métodos han sido cuestionados, y algunos sugieren que su enfoque obsesivo ha tenido efectos negativos en el proceso judicial y en la política colombiana. El historial de Cepeda en este caso está plagado de controversias. Una de las acusaciones más serias fue la supuesta destrucción de chats entre Cepeda y el testigo Juan Guillermo Monsalve, evidencia que podría haber sido crucial en el caso contra Uribe. El abogado Víctor Mosquera presentó una denuncia contra Cepeda por ocultamiento, alteración o destrucción de material probatorio. En respuesta, Cepeda argumentó que los chats fueron entregados a la Corte Suprema, pero la defensa de Uribe afirmó que solo se presentaron pantallazos y que el dispositivo original no se entregó a las autoridades. Otra polémica involucró al magistrado César Reyes, quien supuestamente tenía una conexión con la esposa de Cepeda, lo que generó acusaciones de conflicto de intereses. Uribe criticó al magistrado, sugiriendo que no podría ser imparcial debido a esta conexión. Cepeda se defendió argumentando que sus visitas a las cárceles estaban motivadas por su interés en los derechos humanos y la búsqueda de justicia para las víctimas de la violencia en Colombia. Sin embargo, sus acciones han sido vistas como parte de una agenda política más amplia para socavar la credibilidad del expresidente y su partido político. En su testimonio ante la Corte Suprema de Justicia, Cepeda detalló sus visitas a las cárceles y la información que recopiló de exjefes paramilitares como Salvatore Mancuso y Juan Carlos Sierra, alias "El Tuso Sierra". Estas visitas, según Cepeda, estaban destinadas a obtener información sobre crímenes cometidos por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Sin embargo, las acusaciones de presunta manipulación de testigos y la oferta de beneficios a cambio de testimonios contra Uribe generan sospechas sobre los motivos reales de Cepeda. La relación de Cepeda con la fallecida exsenadora Piedad Córdoba también ha suscitado controversia. En las visitas a las cárceles, Córdoba estuvo presente en varias ocasiones junto con Cepeda. El testimonio de "El Tuso Sierra" alegó que tanto Cepeda como Córdoba ofrecieron "asilo político" a su familia a cambio de información incriminatoria contra Uribe y otros políticos. El enfrentamiento entre Cepeda y Uribe continúa siendo un punto focal en la política colombiana, pero la obsesión del senador por el expresidente plantea interrogantes sobre sus motivos y la imparcialidad de su lucha. Mientras Cepeda afirma que su única obsesión es la verdad y la justicia, sus acciones y las controversias a su alrededor sugieren que su enfoque podría ser más personal y político de lo que quiere admitir.