Publicado, 4/24/2024
Durante el año 2023, el Gobierno colombiano tuvo un complicado panorama en el Congreso debido a la controversia generada por diversos proyectos de ley. Uno de los más polémicos fue el propuesto por el senador del Pacto Histórico, Iván Cepeda, quien introdujo un proyecto para sancionar a aquellos que "obstruyan la paz". Esta propuesta se convirtió rápidamente en un foco de críticas y fue objeto de revisión tras recibir una avalancha de cuestionamientos desde diferentes sectores políticos y sociales. El proyecto de ley presentado por Iván Cepeda en noviembre de 2023 pretendía crear una nueva figura delictiva en el Código Penal colombiano para quienes obstaculizaran los procesos de paz en curso o impidieran la ejecución de acuerdos negociados con grupos al margen de la ley. El senador, quien es un conocido defensor de la paz y uno de los negociadores del Gobierno en los diálogos con el ELN, explicó que la intención era sancionar acciones como el asesinato de firmantes de acuerdos de paz o la corrupción que afectara la implementación de estos acuerdos. La propuesta incluía penas de prisión de 10 a 15 años y multas que oscilaban entre 1.000 y 10.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes. Sin embargo, la naturaleza vaga del proyecto suscitó inquietudes respecto a la posibilidad de que este pudiera usarse para reprimir la libertad de expresión y silenciar a quienes criticaran la política de paz del Gobierno del presidente Gustavo Petro. Desde el momento en que el proyecto fue presentado, las críticas no tardaron en llegar. Políticos y figuras de la oposición denunciaron la propuesta como una amenaza a la democracia y a la libertad de expresión. Hernán Cadavid, representante a la Cámara, fue uno de los primeros en expresar su descontento, señalando que el proyecto creaba delitos redundantes. "Para los homicidios, está el delito de homicidio. Para los hurtos, está el delito de hurto. Para el funcionario que se apropia, está el peculado", dijo Cadavid. "Crear el delito de ‘obstrucción de paz’ es un atentado a la democracia con cara de dictadura". Otros líderes políticos, como la senadora María Fernanda Cabal del Centro Democrático, sugirieron que el proyecto podría ser utilizado para proteger la política del Gobierno y silenciar a sus críticos. "¿Qué tal esto? Ahora los sectores radicales de la izquierda quieren crear un nuevo tipo penal denominado ‘obstrucción a la paz’, para judicializar a todo aquel que se oponga a la farsa de ‘paz total’", señaló Cabal. Ante la intensa reacción negativa, Iván Cepeda anunció que haría ajustes al proyecto para evitar malentendidos. Durante una rueda de prensa el 24 de noviembre de 2023, el senador afirmó que su iniciativa no buscaba limitar la libertad de expresión ni acallar las críticas. "Este no es un proyecto, y lo dice en la modificación que ha tenido, contra la libertad de expresión, de opinión o del trabajo que hace la prensa", aclaró Cepeda. En la misma línea, el senador explicó que el proyecto estaba diseñado para sancionar conductas claramente delictivas, como el asesinato de firmantes de paz o el robo de recursos destinados a procesos de paz. Sin embargo, el hecho de que Cepeda tuviera que aclarar estos puntos solo subrayó la preocupación de la sociedad colombiana sobre la posibilidad de abuso y censura. La reacción en contra del proyecto de ley de Cepeda puso de manifiesto la importancia de la transparencia y el diálogo en los procesos de paz. Diversos expertos, como Angelika Rettberg, del departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, señalaron que la sociedad necesita más análisis y debate, no menos. Francisco Daza, coordinador de la línea Paz y Posconflicto de la Fundación Pares, sugirió que las modificaciones al proyecto debían enfocarse en garantizar que no se persiguiera a quienes tuvieran opiniones diferentes. A pesar de los ajustes anunciados, el proyecto de ley de Iván Cepeda se convirtió en un símbolo de las tensiones entre las políticas de paz del Gobierno Petro y la preocupación por la libertad de expresión. La propuesta, inicialmente destinada a proteger los procesos de paz, reveló las profundas divisiones en la sociedad colombiana y puso en cuestión la credibilidad y transparencia del proceso de paz total. A medida que el debate continúa, queda por ver si el proyecto será reformulado para abordar las críticas o si finalmente será archivado como su versión anterior.