Publicado, 10/23/2024
En medio de rumores que circulan desde Venezuela, sobre la posible muerte de, alias Iván Márquez, cabecilla de la Segunda Marquetalia, el Gobierno del presidente Petro a través del comisionado de paz, Otty Patiño ha manifestado su pesar ante la noticia. En dialogo con Blu Radio, Patiño expresó que, aunque no puede confirmar la muerte de Márquez, la misma sería un "hecho lamentable". No obstante, más allá de las palabras diplomáticas, Márquez deja tras de sí un historial marcado por la traición a los acuerdos de paz la prolongación del conflicto en Colombia. La sombra de la traición La figura de Iván Márquez ha estado marcada por sus repetidas traiciones a los esfuerzos de paz en Colombia. Tras su papel clave como negociador en los acuerdos de paz de 2016 entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas FARC, Márquez rompió los compromisos adquiridos en 2019, al regresar a las armas. En su deserción, anunció la creación de la Segunda Marquetalia, un grupo disidente de las FARC que opera principalmente desde Venezuela, bajo la supuesta protección del régimen de Nicolás Maduro. El regreso de Márquez a la lucha armada fue un duro golpe para los esfuerzos de paz en Colombia. Desde entonces, ha sido el protagonista de varios intentos de atentado. El más reciente, en julio de 2022, lo dejó gravemente herido, con la pérdida de un brazo, un ojo y parte de la movilidad de su cuerpo. A pesar de las especulaciones sobre su muerte tras este ataque, Márquez reapareció en un video en mayo de 2023, donde expresó su apoyo a la Asamblea Constituyente propuesta por el presidente Gustavo Petro. Esta reaparición generó suspicacias sobre el posible respaldo de la Segunda Marquetalia al actual gobierno, lo que no ha sido confirmado. ¿Proceso de paz en riesgo? Otty Patiño afirmó que la posible muerte del líder guerrillero no tendría un impacto directo en el proceso de paz que actualmente se adelanta con la Segunda Marquetalia. Según el comisionado, aunque Márquez no participaba activamente en las negociaciones, su influencia como líder del grupo armado era significativa. Sin embargo, su ausencia podría generar una reconfiguración del liderazgo en la Segunda Marquetalia y alterar las dinámicas del proceso. La reacción del gobierno de Petro ha sido objeto de críticas. La expresión de lamento por parte de Patiño ha sido interpretada como una postura condescendiente hacia un hombre que, no solo traicionó en dos ocasiones los procesos de paz, sino que también perpetuó la violencia en las zonas rurales del país. “Cualquier muerte de estos personajes interesados en la paz es lamentable”, señaló Patiño. ¿Un nuevo panorama para la paz? El panorama de la paz en Colombia sigue siendo frágil. A pesar de los esfuerzos del gobierno de Gustavo Petro por negociar con los diversos grupos armados que aún operan en el país, las diferencias ideológicas y territoriales complican las posibilidades de un acuerdo duradero. La Segunda Marquetalia, bajo la dirección de Iván Márquez, ha mantenido un discurso ambiguo, oscilando entre la búsqueda de la paz y la justificación de la lucha armada. Este doble juego de Márquez ha sido un obstáculo para los intentos de reconciliación en Colombia. Aunque el gobierno de Petro insiste en su compromiso con el diálogo, la realidad en el terreno es mucho más compleja. Los líderes de la Segunda Marquetalia y otros grupos armados han demostrado en varias ocasiones que no están dispuestos a abandonar sus armas y su control sobre las economías ilegales que operan en los territorios más apartados del país. Iván Márquez, como símbolo de esa dualidad entre paz y guerra, deja tras su posible muerte una herencia de desconfianza. El fin de una era La muerte de Iván Márquez, si se confirma, marcaría el fin de una era para un hombre que traicionó la paz en más de una ocasión. Su legado no es el de un luchador por la justicia o la igualdad, sino el de un comandante guerrillero que optó por la violencia como método para alcanzar sus fines, sin importar cuántas vidas fueran afectadas en el proceso. La historia lo recordará como un obstáculo para la paz, y su desaparición abre un nuevo capítulo en la búsqueda de una solución definitiva al conflicto armado en Colombia.