Publicado, 10/5/2024
En un evento reciente en lo que fue el cierre de la ‘Feria de las Economías para la Vida - FEV’ en Barranquilla, el presidente Gustavo Petro, recitó un discurso que ha generado críticas en torno a su postura frente a los recientes descubrimientos de yacimientos de gas en el mar Caribe colombiano. Petro no sólo cuestionó el entusiasmo ante estos hallazgos, sino que también arremetió contra Ecopetrol y su papel en el sector energético del país, abogando por un futuro alejado de los combustibles fósiles. “No es una buena noticia” Durante su intervención, el presidente afirmó que no es una buena noticia el hallazgo de gas y petróleo, una declaración que va en contravía del sentimiento generalizado de alivio ante la posible solución a una inminente crisis energética que podría afectar al país en 2025. Según el mandatario, la celebración de estos descubrimientos, en lugar de generar alegría, debería causar alarma. Argumentó que el consumo de petróleo, carbón y gas no forma parte de lo que él denomina “las economías de la vida”, un concepto que parece estar en el centro de su agenda política. Petro destacó que Colombia es uno de los principales exportadores de carbón a nivel mundial —el quinto en la lista— y que gran parte de la economía nacional depende de la renta generada por estos recursos. Sin embargo, según él, esta dependencia ha descuidado sectores clave como la agricultura y la industria. Aunque reconoce la importancia económica de estos recursos, su retórica sugiere que la dependencia de los combustibles fósiles debe desaparecer en un futuro próximo. Crítica a Ecopetrol y la propuesta de un “exorcismo” Una de las partes más llamativas de su discurso fue la crítica directa a Ecopetrol. Petro afirmó que esta empresa estatal debe hacer un “exorcismo” y eliminar el petróleo de su modelo de negocio. Esta metáfora, aunque dramática, refleja la visión del presidente de que el país debe dejar de depender del petróleo en un plazo de diez años. En su lugar, instó a la compañía a enfocar sus esfuerzos en energías limpias e inteligencia artificial, un cambio que él considera esencial para que la empresa logre un mayor poder y relevancia en el futuro. El presidente hizo hincapié en que Barranquilla sería el epicentro de esta transformación, sugiriendo que la ciudad tiene el potencial de convertirse en un núcleo para el desarrollo de energías limpias y tecnología avanzada. Propuso que Ecopetrol debería asociarse a iniciativas tecnológicas en lugar de seguir apostando por la exploración y producción de combustibles fósiles. Según Petro, Colombia tiene la capacidad de generar hasta 65 gigavatios de energía limpia en el Caribe, tres veces más de lo que genera el país actualmente. Entre el optimismo y el riesgo Los descubrimientos recientes de yacimientos de gas y petróleo podrían duplicar las reservas energéticas del país, un hito histórico que, en otro contexto, habría sido celebrado como una oportunidad para garantizar la seguridad energética de Colombia y su estabilidad económica. Sin embargo, Petro ha optado por enfocar sus críticas en la dependencia de estos recursos y el impacto que tienen en el cambio climático, calificando a las principales potencias mundiales como Estados Unidos y China de “grandes chimeneas” responsables de la crisis ambiental. Aunque la postura de Petro se alinea con las preocupaciones globales sobre el cambio climático, su rechazo frontal a los combustibles fósiles plantea preguntas sobre el futuro económico del país. En su discurso, lejos de generar consenso, ha sembrado dudas sobre la viabilidad de su propuesta de transición energética en un país cuya economía aún depende en gran medida de los hidrocarburos. Las cifras y los plazos que propone el mandatario, especialmente su visión de abandonar el petróleo en menos de diez años, parecen ignorar las complejidades económicas y sociales que rodean a este sector estratégico.