Publicado, 9/5/2024
En medio de una creciente crisis nacional generada por el paro camionero, que tiene paralizado al país desde hace días, Gustavo Petro sorprendió a los colombianos con lo que se presume ser un intento más por desviar la atención de este y otros temas de interés nacional, retomando el controvertido caso del software espía Pegasus, adquirido supuestamente durante el periodo presidencial de Iván Duque. En su intervención televisada del 4 de septiembre de 2024, Petro no ofreció soluciones para el conflicto que afecta gravemente a la economía del país, sino que se centró en un escándalo de espionaje que ya había sido expuesto meses atrás por medios internacionales y nacionales. Crisis nacional por el paro camionero El paro camionero, que inició el 1 de septiembre de 2024, ha afectado seriamente el transporte de alimentos y productos esenciales. Según la Personería de Bogotá, la capital afronta un desabastecimiento considerable, mientras que en otras regiones como Antioquia, los bloqueos continúan interrumpiendo el tránsito, lo que agrava la situación. En el Valle de Aburrá, los traumatismos viales han afectado a miles de personas que dependen de los servicios de transporte para sus actividades cotidianas. La decisión del presidente Petro de ignorar el paro camionero, ha provocado el incremento en los precios de productos básicos de la canasta familiar y ha dejado desabastecidas varias regiones, Los colombianos esperaban que el mandatario abordara el alza del ACPM, que afecta directamente a la industria del transporte de carga, en lugar de revivir un caso que, aunque relevante, no parece ofrecer respuestas inmediatas a la crisis actual. Pegasus, el caso que Petro vuelve a poner en el foco En marzo de 2024, el periodista Gur Megiddo, del diario israelí Haaretz, reveló que Colombia había negociado la compra de Pegasus en 2021, durante el gobierno de Iván Duque. Según la investigación, el software habría sido adquirido por 11 millones de dólares, una transacción que involucró el envío de efectivo a Israel en aviones privados. En su alocución, el presidente Petro afirmó que el software fue utilizado para espiar a miembros del Pacto Histórico, durante la campaña electoral de 2022, insinuando que la compra de Pegasus no solo fue una vulneración a los derechos constitucionales de los ciudadanos, sino que también estuvo ligado con actividades ilegales dentro del propio Estado colombiano. Según el presidente, la transacción involucró la participación directa de la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol), que compró el software por 11 millones de dólares en 2021, en pleno estallido social en Colombia. Además, el mandatario sugirió que esta operación podría ser parte de un esquema de lavado de activos orquestado desde dentro del Estado. La reacción de la Fiscalía En respuesta a las declaraciones de Petro, la Fiscalía General de la Nación anunció que abriría una investigación para esclarecer los hechos. En un comunicado emitido el 5 de septiembre de 2024, el ente judicial afirmó que indagaría si la compra de Pegasus fue efectivamente realizada y quiénes estuvieron involucrados en la transacción. Esta no es la primera vez que se investiga el uso ilegal de software de espionaje en Colombia; en junio de 2024, ya se habían iniciado pesquisas por denuncias de interceptaciones ilegales a magistrados de la Corte Constitucional. ¿Por qué ahora? La pregunta que muchos se hacen es: ¿por qué Petro decide revivir este escándalo justo en medio de una crisis nacional que afecta a millones de colombianos? La respuesta parece estar en la conveniencia política de desviar la atención. Petro ha sido criticado en el pasado por su tendencia a evadir temas complejos con tácticas similares. En este caso, su enfoque en Pegasus, un tema que ya había sido cubierto ampliamente por los medios, parece una forma de evitar el desgaste político que le supondría lidiar directamente con el paro camionero. Mientras el país sigue paralizado por el paro camionero, el gobierno parece más interesado en ventilar un escándalo de espionaje que, aunque relevante, no resuelve las necesidades inmediatas de los colombianos.