Publicado, 9/28/2024
Argentina vive una crisis económica y social que ha dejado a más de la mitad de su población en situación de pobreza. Este jueves 26 de septiembre, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), reveló que el 52,9% de los argentinos son pobres, lo que representa la cifra más alta desde el 2003. Este angustiante récord golpea de manera contundente la popularidad del gobierno del presidente Javier Milei, quien asumió el poder en diciembre de 2023 prometiendo reformas que, hasta ahora, no han logrado mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. La administración de Milei ha defendido a capa y espada sus políticas de austeridad, justiciándolas como necesarias para frenar la inflación y equilibrar las cuentas públicas. Sin embargo, las cifras deslumbran un panorama sombrío. El salto en la tasa de pobreza de 41,7% a finales de 2023 a 52,9% en el primer semestre de 2024 revela el profundo impacto negativo de las medidas económicas. Además, la indigencia ha crecido de manera alarmante, afectando al 18,1% de la población, un incremento de 6,2 puntos porcentuales respecto al último semestre del gobierno de Alberto Fernández. Los efectos de la política económica de Milei se han sentido en todos los sectores. El aumento en las tarifas de servicios básicos como electricidad, agua, gas y transporte, sumado al desmantelamiento de los controles de precios, ha fragmentado el poder adquisitivo de los trabajadores. La inflación, que en abril de 2024 llegó a un máximo de casi 300%, ha devastado los salarios y los ingresos de los jubilados, empujando a millones de argentinos a la pobreza extrema. La tasa de inflación interanual se sitúa en un asombroso 236%, lo que coloca a Argentina entre los países con mayor inflación en el mundo. En este mismo sentido, este aumento de la pobreza no solo afecta a los sectores más vulnerables, sino también a los trabajadores ocupados, tanto registrados como no registrados. La paralización de la obra pública y el aumento del desempleo han sido otros factores clave en este deterioro social. En los partidos del conurbano bonaerense, por ejemplo, la pobreza ha alcanzado el 59,7%, y la indigencia el 22,7%. A nivel regional, el noreste del país presenta cifras aún más alarmantes, con una pobreza del 62,9% y una indigencia del 23,2%. A pesar de estos datos, el gobierno de Milei ha intentado desviar la responsabilidad de la situación actual a las administraciones anteriores, especialmente al kirchnerismo. Manuel Adorni, portavoz presidencial, afirmó que las políticas populistas de las gestiones previas dejaron una herencia catastrófica y defendió las medidas de ajuste como necesarias para evitar una crisis aún mayor. Según Adorni, "si no se hubiera cortado con el camino hacia la hiperinflación del gobierno de Alberto Fernández, el indicador estaría en 95% a esta altura". Sin embargo, estas declaraciones no son suficientes para calmar el malestar social que crece día a día. La popularidad del Javier Milei ha comenzado a empañarse ante esta situación. Según el periódico Británico Financial Times, la aprobación del presidente ha disminuido en las últimas semanas. Mientras que al inicio de su mandato su apoyo rondaba el 50%, en septiembre de 2024 este ha disminuido al 40%, y la confianza en su gobierno ha caído un 14,7%. La pérdida de popularidad ha sido especialmente pronunciada entre los jubilados, quienes se han visto gravemente afectados por el veto de Milei a la fórmula de movilidad jubilatoria propuesta por la oposición. El impacto de estas políticas de ajuste ha dejado secuelas evidentes en la economía argentina. Desde que Milei asumió la presidencia, al menos 136.000 puestos de trabajo se han perdido, y muchos expertos advierten que las pérdidas reales, especialmente en el sector informal, podrían ser aún mayores. A pesar de algunos pequeños signos de recuperación en ciertos sectores, como un crecimiento del 1,7% en la actividad económica en agosto de 2024, el país sigue sumido en una recesión profunda. El gobierno de Milei se encuentra en una encrucijada. Si bien ha logrado reducir la inflación mensual al 4,2% en agosto, la población aún no percibe una mejora real en sus condiciones de vida. Economistas y analistas coinciden en que el presidente debe mostrar resultados tangibles lo antes posible si quiere evitar un colapso social y político. La situación es crítica, y mientras los números económicos continúan deteriorándose, la paciencia de los argentinos, especialmente de los más vulnerables, parece estar llegando a su límite.