Publicado, 3/24/2024
En el año 2001, Colombia perdió a una de sus figuras más prominentes, Consuelo Araújo Noguera, conocida cariñosamente como 'La Cacica'. Exministra de Cultura, defensora de las causas sociales y gestora del Festival de la Leyenda Vallenata, su legado marcó un hito en la historia cultural y política del país. Sin embargo, su vida fue truncada por un acto de violencia desgarrador. El 29 de septiembre de 2001, tras su secuestro por el frente 59 de las Farc, Consuelo Araújo fue asesinada con tiros de fusil, dejando un vacío irremplazable en su familia y en la región del Caribe colombiano. Tras 22 años de lucha por la justicia y la reconciliación, las Farc finalmente reconocieron su responsabilidad en el secuestro y homicidio de la dirigente política. En un acto histórico, pidieron perdón por sus acciones ante la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Bogotá. Para la familia de Consuelo Araújo, este perdón es más que una simple disculpa. Es un llamado a la humildad y al reconocimiento del dolor causado. Hernando Molina Araújo, hijo mayor de 'La Cacica', demanda que este perdón se exprese públicamente, en un escenario como la Plaza Alfonso López de Valledupar, donde Consuelo solía representar el folclor vallenato que tanto amaba. La falta de arrepentimiento por parte de las Farc ha sido una herida abierta para la familia de Consuelo Araújo. Andrés Molina, uno de sus hijos, lamenta que, a pesar de los años transcurridos, la guerrilla no haya demostrado un sincero arrepentimiento por el asesinato de su madre. Aunque algunos de los responsables han sido condenados, muchos aún permanecen en libertad debido a los procesos de paz en Cuba. El proceso judicial ha sido largo y complejo. Alias como 'Timochenko' y 'Iván Márquez', líderes de las Farc en ese entonces, fueron condenados a 38 años de prisión por su participación en el crimen. Sin embargo, las operaciones armadas y las negociaciones de paz han llevado a situaciones ambiguas, donde Rodrigo Londoño aún permanece libre y recibió perdón judicial además de protección por parte del Estado y la justicia transicional. Para la familia de Consuelo Araújo, la búsqueda de justicia no se detiene en las sentencias judiciales. Es un compromiso constante con la memoria de 'La Cacica' y con las víctimas del conflicto armado en Colombia. A través de conmemoraciones anuales y actos culturales, como el organizado por la institución educativa que lleva el nombre de Consuelo Araújo, se mantiene viva la esperanza de un país reconciliado. A pesar del dolor y la tragedia, la figura de Consuelo Araújo brilla con fuerza en la memoria colectiva de Colombia. Su legado perdura en el folclor vallenato, en la defensa de las causas sociales y en el anhelo de paz y reconciliación. En el largo camino hacia la reconciliación nacional, la sombra de 'La Cacica' ilumina el camino, recordándonos la importancia del perdón y la memoria en la construcción de un futuro mejor para todos los colombianos.