Publicado, 10/2/2024
María Fernanda Carrascal, representante a la Cámara y ponente de la controversial Reforma Laboral, ha protagonizado una serie de deslices y errores que han puesto en duda su capacidad intelectual para liderar y buscar consensos en uno de los proyectos más importantes y complejos del gobierno del presidente Petro. A lo largo de los debates, la representante ha sido objeto de duros cuestionamientos, no solo por la confusión en conceptos clave del derecho laboral y la economía, sino también por afirmaciones que parecen demostrar un desconocimiento de los temas que deberían ser de su dominio como ponente. Uno de estos episodios tuvo lugar recientemente, cuando Carrascal confundió los contratos a término fijo con los contratos de prestación de servicios, dos figuras legales con características ampliamente diferentes en el mercado laboral colombiano. Durante esta misma intervención, Carrascal afirmó que los contratos a término fijo "enmascaran las relaciones laborales para evitar el pago de seguridad social y prestaciones", un error garrafal que fue rápidamente señalado por la oposición. El representante Hernán Cadavid, del Partido Centro Democrático, respondió con contundencia e ironía: "Pareciera que quienes redactaron la reforma nunca han generado un empleo en Colombia". Cadavid resaltó que los contratos a término fijo otorgan derechos laborales como primas y vacaciones, mientras que los de prestación de servicios son para trabajadores independientes, sin esos derechos. A esto se suman otros errores graves cometidos por la ponente del Pacto Histórico, como su confusión entre ingresos y utilidades durante otro debate en el Congreso. La representante afirmó que las empresas no se verían gravemente afectadas por la reforma, argumentando que solo un 4% de los costos laborales se incrementarían y que este aumento no superaría el 1.1% de los costos totales de producción. Según ella, después de pagar los costos de producción, las empresas aún tendrían utilidades del 25.7%, las cuales podrían destinarse a remunerar a los dueños del capital. Sin embargo, este argumento también fue duramente criticado por la oposición. La Senadora María Fernanda Cabal, expresó su incredulidad en redes sociales, Asegurando que: "La ponente de la Reforma Laboral no tiene la más remota idea de lo que habla". El exministro de Justicia, Wilson Ruiz Orejuela, también se unió a las críticas, calificando de "absurdo" el cálculo de utilidades presentado por Carrascal, manifestando que no reflejaba la realidad financiera de las empresas colombianas, que ya enfrentan una carga impositiva de más del 35%. Estos errores no son aislados. En junio de 2023, durante un debate sobre la primera versión de la Reforma Laboral, Carrascal protagonizó uno de los lapsus más comentados del Congreso, afirmando que "el 14% de los trabajadores laboran más de 60 horas al día". Este error, ridiculizado por la oposición y en redes sociales, mostró nuevamente la falta de rigor en las intervenciones de la congresista. Incluso el Partido Cambio Radical se sumó a las críticas, recordando este desliz durante la discusión de la reforma, cuestionando si una persona que confunde conceptos tan básicos está en capacidad de liderar un debate de tal importancia. Estos incidentes no solo han mermado la credibilidad de Carrascal como ponente de la Reforma Laboral, sino que han generado desconfianza sobre la viabilidad del proyecto en materia de estudios. La primera versión de la reforma fue hundida en la Comisión Séptima de la Cámara en 2023, y aunque se ha intentado nuevamente su discusión en 2024, los errores de su ponente dificultan su avance. La falta de precisión y los errores conceptuales alimentan la narrativa de que la reforma ha sido mal planeada y redactada, lo que podría tener consecuencias catastróficas para la economía y el mercado laboral del país.